miércoles, 14 de abril de 2010

Cómo sobrevivir al primer día de trabajo

El primer día de trabajo es inolvidable y la experiencia enseña que por lo general resulta ser más incómodo que gratificante. Es un día en el que deberás estar preparado para asimilar una gran cantidad de información, que además te será servida de un sólo golpe.

Será un día de muchas expectativas y de muchas preguntas sin respuesta; sobre todo, de cómo serán tus compañeros y el ambiente de trabajo en el que estarás integrándote en pocos días. También sentirás emoción por haber sido el elegido/a, pero al mismo tiempo sentirás un gran temor a lo desconocido.

Adicionalmente, tus jefes y compañeros tendrán también ciertas expectativas sobre tu persona y tus capacidades, lo que contribuirá a aumentar aún más tu estrés, haciendo que sea un día verdaderamente difícil.

Lo mejor que puedes hacer, es lograr concentrarte en la parte positiva, pues finalmente y después de mucho buscar empleo, has conseguido ese puesto que estabas buscando y pronto comenzarás a forjarte un nuevo futuro en esa empresa.


Durante mi primer día en la primera multinacional en la que trabajé, me dejaron en una sala pequeña leyendo los manuales de procedimientos de la corporación, que además estaban en inglés; así que al cabo de media hora me empecé a aburrir y casi me quedo dormido. ¿Se imaginan quedarse dormido el primer día de trabajo? Afortunadamente pude paliar la situación y mantenerme atento el resto del tiempo que estuve allí. Finalmente me sacaron de la salita y me sentaron frente a un PC para explicarme el funcionamiento del sistema, y así comenzó mi primer día, entre manuales y programas.

Recuerdo que yo quería saber todo de una sola vez, lo cual fue un error pues había muchas normas y procedimientos que eran continuos y que no pueden saberse desde el primer día. También recuerdo que mis nervios me traicionaron desde la noche anterior, pues no pude dormir bien y a la mañana siguiente casi no pude probar bocado, así que ese día lo pasé fatal.

Tenía tantas expectativas y me preocupaba tanto la imagen que quería dar desde el primer día, que me concentré en aspectos sin importancia que luego me distrajeron del objetivo central. Así que prácticamente hice todo lo contrario y di una imagen irreal y nada parecida a lo que quería demostrar. Por suerte, todo salió bien, y en los días subsecuentes pude controlar mis nervios y subsanar mis fallos.

Por todo lo anterior y por recomendación de una antigua compañera de trabajo a la que aprecio mucho (esa eres tú Tany), decidí escribir este post, para ayudar a todos aquellos trabajadores que deben enfrentar ese traumático pero necesario primer día.

Antes de pasar a darte un listado de consejos, es bueno saber que conviene buscar toda la información posible sobre la empresa que pueda conseguirse en Internet… y cómo Yoriento asegura que todos los trabajos se encuentran (según él) a través de contactos; también ayudaría el hecho de preguntarle a vuestro “contacto” (si es que existe), sobre las personas que conformarían el grupo de tus nuevos compañeros y también sobre los jefes, así como una reseña sobre la empresa y lo que sería tu nuevo puesto.

Ese primer día la puntualidad debe ser cuidada en extremo, así como la vestimenta, que deberá incluir ropa neutra u oscura y de preferiblemente clásica, hasta que te sea posible determinar la tendencia o uniformidad reinante en la empresa, para pasar a seguirla.

A continuación te dejo con una serie de consejos que podrían serte de utilidad ese primer día:

- Saber quién es quién: Seguro que te presentarán a muchas personas de una sola vez, por lo que no será posible memorizarlos a todos, así que concéntrate en los jefes y en especial con los que vas a trabajar directamente. Así que cuando te presenten a alguien di: “Hola María, encantado” o “Nos vemos luego, Pedro” pues pronunciar su nombre te ayudará a recordarlo más tarde. Pero si no acuerdas de alguno sólo dile algo como: “Perdona, sé que me has dicho tu nombre, pero con tantas cosas que recordar…”¿me lo repites por favor?” o algo así.

- Pregunta todo lo que se te ocurra: Aprovecha para enterarte de todo lo necesario y no des nada por sentado. Es la mejor oportunidad para saciar tu curiosidad sin que seas cuestionado por ello.

- Toma nota de todo: Hasta lo más mínimo, luego verás que desechas y que no. Haz hincapié en los horarios, claves de seguridad, extensiones, nombres y cargos; así como cualquier otro dato susceptible de olvido, si lo haces a conciencia tendrás más tiempo luego para concentrarte en lo importante.

- Da una buena imagen: Sonríe, muéstrate seguro, demuestra interés, da la mano con firmeza, mantén un buen ritmo, irradia optimismo y muestra tu faceta más amable, educada y cordial. Conviértete en alguien reservado y atento, pero no dejes de ser tú mismo. La intención es caer bien siendo lo más diplomático posible sin caer en distorsiones de personalidad.

- Únete al grupo: Acepta las invitaciones para comer y para tomar café que puedan hacerte ese día, Es la mejor forma de empezar a hacer Networking activo y de comenzar tus relaciones laborales con buen pie, además de que te irá dando información de primera mano sobre la empresa y sobre las personas que allí trabajan.

- Sociabiliza y establece contactos: Mantente disponible a cualquiera que se te acerque, preocúpate por los que van a rodearte, utiliza el sentido del humor para romper el hielo y jamás hables mal de nadie ni tomes partido ni posición en nada, cuenta que en este momento todos son tus amigos, ya luego verás si hay necesidad de tomar bandos. Sobre todo no confíes en nadie, ya que muchos se aprovechan de los nuevos para sacar partido.

- En tu primera reunión: Habla poco y escucha más, y si te piden opinión sobre cualquier cosa, puedes utilizar la estrategia de: “debo revisarlo a fondo para familiarizarme antes de emitir una opinión”, ya que no tienes la obligación de fijar una posición tan temprano y sobre todo evita ser presuntuoso. Ya luego cuando vengan más reuniones durante esa semana o mes, podrás exponer tus ideas sin haber parecido un sabelotodo y seguramente serás también más oportuno y más acertado en tus respuestas pues tendrás más conocimiento de causa.

- Controla el ímpetu: No hagas compromisos ni promesas y evita aportar soluciones tan temprano. Hasta que no sepas más sobre la empresa, no es prudente aumentar tus exigencias. No sólo pecarás de prepotente sino que podrías quedar mal parado. Más bien establece un ritmo de trabajo más pausado que el resto, pues puedes permitírtelo, lo que te ayudará a comenzar con buen ritmo.

- Impresiona a los jefes: Aunque sea tu primer día, los jefes te estarán observando y preguntando al resto cómo te va. Así que trata de no parecer desbordado por tanta información a al vez y deja que te vean lleno de optimismo y con mucha capacidad.

- Antes de terminar el día: Comprueba que sabes o al menos conoces lo siguiente:

a) Situación de las salidas de emergencia, del baño, de la sala de reuniones y de la fotocopiadora.
b) Situación espacial de los jefes, así como sus teléfonos o extensiones.
c) Funcionamiento del sistema informático (al menos lo básico).

Reflexión: Como habrás visto, el primer día trata básicamente de adaptarse a la nueva situación y de poner un poco de interés en ciertos aspectos que pueden ser determinantes para iniciar una carrera en cualquier empresa.

También hay mucho de psicología y de relaciones humanas que implican un manejo prudente de las mismas, tomando en cuenta su complejidad. Así que siguiendo los pasos anteriores podrás reducir mucha de la tensión que seguramente se generará durante toda la jornada, haciéndola menos traumática tanto para ti como para el resto del grupo al que te estés acoplando.

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