viernes, 16 de abril de 2010

La máquina de la verdad o Polígrafo

El polígrafo es una máquina que mide cambios fisiológicos en tasa, presión cardiaca, respiración y conductancia de la piel. Ha sido utilizada por la policía de muchos países y también como sistema de entrenamiento para introducir espías. Pero la Academia Nacional de la Ciencia estadounidense, a través de un arduo estudio, concluyó que la máquina de la verdad, paradójicamente, no da un resultado veraz.

Su breve historia
En el año 1875 apareció un sistema de medición de la verdad infiriendo que la tasa cardiaca y el pulso eran los correlatos fisiológicos. Este sistema llegó a los tribunales pocos años después, siendo utilizado por César Lombrosso en 1902 (considerado junto a Ferri y Garófalo uno de los padres de la Criminología).
Personas destacadas han investigado en esta área, hasta que se realizó la primera máquina que medía el pulso, la presión sanguínea y la tasa respiratoria. Se introdujo el sistema de medir el nivel base del individuo con preguntas irrelevantes y contraponerlo a las medidas obtenidas en preguntas relevantes. La técnica de interrogatorio se fue perfeccionando y el aparato ganó tanta credibilidad que muchos países consideraban los resultados como una prueba fiable.

La máquina se perfeccionó y se introdujeron nuevos prototipos cercanos a los actuales, como el desarrollado en 1925 que marcaba los cambios sobre papel. El polígrafo se lo ha utilizado por la policía de varias naciones y también como sistema de entrenamiento para introducir espías. Pero este aparato ha tenido múltiples implicaciones.

Para ser más claros, el polígrafo es sólo una máquina que mide cambios fisiológicos en tasa, presión cardiaca, respiración y conductancia de la piel. Esos cambios muestran una alteración física ante determinados estímulos como pueden ser las preguntas comprometidas.

Por lo tanto, no se deben relacionar estos cambios con la verdad o falsedad de las respuestas dadas por la persona cuestionada, porque si un individuo es ansioso y siente miedo a una mirada comprometedora del interrogador puede mostrar alteraciones en su patrón de respuesta. En cambio, un psicópata puede engañar al polígrafo porque su sistema de valores es diferente, el delito no lo ve cómo algo que le provoca ansiedad. Hasta le puede parecer divertido y un reto mentir y burlarse de todos.

Es resumen, la máquina no mide la verdad, sólo los cambios físicos. Por lo general se deduce que estos cambios son producidos por ansiedad del sujeto. Y existen muchas razones para estarlo, ya sea por pensar que se va a ser descubierto o ser considerado culpable o las consecuencias que puedan llegar a tener, o simplemente el miedo al interrogador y su equipo.

La Academia Nacional de la Ciencia estadounidense, creó un equipo de investigación para intentar determinar si el uso del polígrafo aportaba algo. Sus resultados han manifestado que la máquina de la verdad no es fiable. En concreto, el informe científico concluye que las pruebas poligráficas son en absoluto inválidas como un instrumento diagnóstico para determinar la verdad en cualquier tipo de caso.

En definitiva, la prueba poligráfica no tiene bases teóricas científicas. Y una de las causas principales por las que no se la considera fiable es porque hay demasiadas situaciones en que se pueden producir los cambios de presión sanguínea, ritmo cardiaco, sudoración y ritmo respiratorio sin necesidad de estar mintiendo o incluso de estar diciendo la verdad.

Daniela Ceccato

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